El Modelo de Juego (La forma)

En la entrada de hoy, os traigo un ejemplo de que significa la «forma» (the shape, por si queréis buscar más ejemplos en internet) dentro del modelo de juego.

Una vez que tenemos definidos nuestros principios específicos de juego y que tenemos claro como usarlos en las diferentes fases o mementos del juego, podemos organizar nuestro equipo y darles referencias sobre los contextos defensivos para estructurarse y dividirse en el campo.

Estas referencias de circulación van a determinar estructuras ofensivas que se van a replicar por el campo y que van a facilitar organizar el ataque y hacerlo más eficaz en función de nuestros objetivos y principios de juego. Hay que tener en cuenta que dentro de esas estructuras ofensivas (también conocidas como microsistemas o «armas») los jugadores van a tener diferentes roles (recordemos que en el movimiento general de juego, se acaban los «puestos» y entran en juego los roles de juego). Estos roles se basan en la asociación entre jugadores (¿qué soy? ¿qué hago? ¿cómo lo hago?) y sus funciones se «activan o desactivan» en función del contexto que nos planteé la defensa y nuestras propias reglas de acción. Esas asociaciones, además, van a multiplicar la capacidad de nuestros jugadores, creando sinergias entre ellos.

El ejemplo que os traigo es la forma de juego que usan los Crusaders. Ellos se organizan en lo que se conoce como 2 – 4 – 2, definido así por la distribución de sus delanteros en el campo (2 delanteros «rápidos» entre cada línea de 15m y touch, 4 delanteros fuertes entre líneas de 15m). Dentro de esas microestructuras, los delanteros se asocian con los 3/4 abriendo multitud de opciones que según las referencias de sus principios de juego y las fases del mismo y del contexto defensivo, provocan diferentes relaciones y comportamientos.

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Forma 2 – 4 – 2 usada por los Crusaders

El Modelo de Juego (I)

Tal y como decíamos en la introducción sobre la Periodización Táctica (PT), esta metodología intenta articular el proceso de entrenamiento desde una perspectiva compleja del deporte, es decir, teniendo en cuenta e integrando todas las dimensiones de las que está compuesto el juego (compañeros, adversarios, entorno y las relaciones que se establecen) y el jugador (dimensión técnica, táctica, física y psicológica). Y como su propio nombre indica, la dimensión sobre la que pivota todo este proceso y que siempre está presente, es la dimensión táctica del jugador.

Por ello, para poder comenzar a usar este tipo de planificación o periodización, lo primero que hay que diseñar o definir el modelo de juego que queremos implantar en el equipo.

Según Jaume Sabate, en su artículo Se juega como se entrena: el Modelo de Juego como guía del entrenamiento «el modelo de juego es un ideal de juego que establecemos para nuestro equipo. Es la forma de jugar que diseñamos para construir un contexto que nos permita sacar el máximo rendimiento a nuestro grupo de jugadores». Esta definición nos puede servir como punto de partida para añadir a la misma las siguientes consideraciones:

  • Ese ideal de juego está basado en las experiencias y conocimientos del cuerpo técnico, teniendo en cuenta el contexto del equipo.
  • Su objetivo es buscar «regularidades» en el comportamiento de los jugadores y que nos identificarán como equipo.
  • Sufrirá modificaciones durante el entrenamiento, pues esos comportamientos provocarán interrelaciones entre los compañeros que lo pueden limitar o potenciar en algunos aspectos.

Así pues, si buscamos construir un contexto para que los jugadores se comporten de una determinada manera que nos permita sacar el máxima rendimiento, irremediablemente el modelo de juego tendrá que estar estrechamente vinculado a la lógica interna y externa del juego, teniendo en cuenta, por tanto, los principios, sub principios, fases, factores y formas del mismo.

Principios generales del juego

Los principios generales son el conjunto de referencias que orientan al jugador y al equipo para buscar las soluciones más eficaces en el juego. Aquí se incluyen también aquellos fundamentos genéricos que dan una respuesta global a los problemas que plantea el propio juego. En rugby, los principios generales de juego son:

  1. Obtención
  2. Avanzar
  3. Apoyo
  4. Continuidad (entendida como continuidad en el juego)
  5. Presión

Estos principios se dan tanto en ataque como en defensa y de ellos se desgajan los sub principios de juego, que matizan, enriquecen y profundizan estos principios generales.

Principios específicos del juego

Son un nivel de organización más íntimo y particular de orientar la acción de los jugadores, generalizando de forma abstracta un conjunto de reglas tácticas. En consonancia con los principios generales que rigen el juego, representan la manera de entender el deporte del cuerpo técnico y su forma particular de orientar las acciones de sus jugadores.

En otras entradas (El Modelo de Juego II), profundizaremos sobre este concepto, dando algunos ejemplos.

Fases o momentos del juego

Las fases o momentos del juego se definen en función del reglamento, el lugar que ocupe el balón y los roles de los equipos y de los jugadores que intervienen. De acuerdo con esta definición, en rugby yo me atrevo a identificar las siguientes fases:

  • 1ª FASE: Momento de conquista. Momento de lanzamiento.
  • 2ª FASE: Momento delante de la defensa. Momento dentro de la defensa. Momento detrás de la defensa.
  • CONTRATAQUE: Momento 1ª / 2ª cortina. Momento 3ª cortina. Momento «tras pérdida».

Factores

Son aquellas habilidades ya adquiridas o por adquirir, que definen a nuestros jugadores y que son necesarias para realizar los comportamientos definidos en los principios y sub principios generales y específicos de juego, durante las diferentes fases y/o momentos del juego. Yo distingo los siguientes factores:

  • DESTREZAS: entendidas como la suma de la toma de decisiones y el soporte del gesto técnico necesario. Duelo, manejo del balón, placaje y punto de encuentro.
  • HABILIDADES FÍSICAS: cualidades físicas básicas, aplicadas, orientadas y específicas del deporte.
  • HABILIDADES MENTALES: destrezas mentales que optimizan y hacen fluir el resto de las dimensiones del jugador.

Forma

La forma de juego o de organización en el juego son las estructuras o intenciones de organización que se producen durante el juego por parte de la acción colectiva de nuestros jugadores. Estas formas varían y se adaptan en función de los principios específicos, propios y la fase concreta en que se encuentre el equipo. También hay que tener en cuenta la zona donde se está desarrollando el juego y el contexto del partido.

En entradas posteriores (Formas de Juego: Crusaders vs. Hurricanes) daremos algunos ejemplos  de formas de juego que están de moda actualmente (1-3-3-1 y 2-4-2).

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Resumen de los elementos que integran el «Modelo de Juego»

Una vez que tenemos definidos todos estos apartados, podremos decir que tenemos ideado nuestro modelo de juego. Ahora, llega el momento de periodizarlo o lo que es lo mismo, plasmarlo en una planificación para poder entrenarlo y que los jugadores puedan comenzar a asimilarlo. Porque no hay que olvidar dos máximas fundamentales: «el jugador es lo importante» y «se juga como se entrena». Pero será en próximas entradas, mientras ¿cuál es tu modelo de juego?

El inicio de una aventura

«Viajamos para cambiar, no de lugar, sino de ideas»
Hipolito Taine, escritor francés

Hoy empiezo una aventura, en varios sentidos y en diferentes direcciones.

Por un lado, inicio este blog, esperando sacar el suficiente tiempo a la semana para poder mantenerlo actualizado. La idea que se esconde detrás de este blog es intentar mostrar otra perspectiva del rugby y de su entrenamiento, una perspectiva contextualizada y apoyada en las tan de moda teorías de los sistemas complejos.

Porque algo que siempre me ha extrañado a la hora de abordar los deportes colectivos (y el rugby es el deporte colectivo por excelencia), tanto en la Facultad de INEF como a lo largo de mi vida como entrenador, es la obsesión por dividir en partes (técnica, táctica, estrategía, preparación física, mental, emocional, etc.) algo que no se puede dividir, ya que forma parte de un sistema complejo donde sus piezas sólo tienen sentido en relación con las demás. Todos los elementos del deporte (básicamente compañeros, adversarios y entorno) están contínuamente relacionándose entre sí, modificándose y modificando sus relaciones, por lo que parece que no tiene sentido abrodar el entrenamiento del mismo desde una perspectiva reduccionista.

Es por ello por lo que voy a intentar aproximarme al rugby desde esta realidad compleja, intentando descubrir tanto los principios, subprincipios y conceptos de juego, como una metodología válidad de entrenamiento para llevarlos a cabo. Casi nada.

Por otro lado, hoy inicio también una aventura gigante (para mí), en cuanto a su dimensión, incertidumbre y potencial de aprendizaje. En unas horas volaré rumbo a Argentina para realizar un viaje de un mes por diferentes regiones de aquel enorme país, con la intención de visitar diferentes clubes de rugby y uniones regionales para conocer un poco su realidad, entorno y estructuras de trabajo, conceptos de juego, metodologías de trabajos y formas de entrenar. Un viaje que me llevará a Buenos Aires, La Plata, Córdoba y Tucumán y que sólo ha sido posible gracias a la generosidad de muchas personas (Juan Pablo, Gonzalo, Inés, Sebas, David, la gente del CRLF) que desde aquí me han facilitado los contactos para conocer gente y lugares que me enseñen una nueva perspectiva del rugby.

Ambos viajes comienzan hoy y espero que sean fuente de aprendizaje, de evolución y felicidad.