¿Como encaja la preparación física dentro de la Periodización Táctica? Preparación Física Cualitativa

Como ya comenté en las primeras entradas del blog, uno de los objetivos principales de la Periodización Táctica es desarrollar el proceso de entrenamiento desde un punto de vista complejo, entendiendo por complejo la interacción de todas las dimensiones del jugador (técnica, táctica, psicológica y física) y sus relaciones entre sí y con el entorno. Por supuesto, estas relaciones, los comportamientos que se producen y los contextos en donde se producen no pueden trabajarse de forma aislada o descontextualizada.

Es por ello que desde la PT se concibe y propone una preparación física de tipo inminentemente cualitativa, huyendo de la concepción de la preparación física asociada a los deportes individuales o cuantitativa.

El objetivo de la Preparación Física Cualitativa es buscar la calidad competitiva y la eficiencia del rendimiento para aplicarlo a la dinámica general del juego. Poniendo un ejemplo de rugby, no le interesa desarrollar jugadores que sean capaces de aguantar bien un fartlek o sesiones interválicas, si no que sean capaces de jugar largas secuencias de juego sin errores y usando su modelo de juego. Otro ejemplo podría ser que no busca jugadores que levanten 180 kg en sentadilla, si no que sean capaces de empujar al rival y romper un placaje.

Para lograr esta calidad competitiva, la propuesta es reproducir situaciones contextualizadas, próximas a las diferentes situaciones del juego real para que por arrastre aparezcan las demandas condicionales. Por ello la intensidad y el volumen total del entrenamiento ha de ser similar al de competición.

A partir de esta premisa, se juega con la alternancia de la incidencia del entrenamiento a nivel neuromuscular, táctico y emocional durante la semana y variando la densidad de la carga (volumen : descanso).

La Preparación Física Cualitativa juega con 5 factores a la hora de establecer el desarrollo condicional del jugador:

  • Duración: resistencia o tiempo que perduran las contracciones musculares
  • Velocidad: rapidez en la demanda de la contracción muscular
  • Tensión: fuerza o grado a la que la contracción muscular será expuesta (muy asociable con el nivel de contacto)
  • Desgaste emocional: cansio mental debido al nº de estímulos y de toma de decisiones
  • Discontinuidad de las tareas: relación entre el tiempo de trabajo y pausa

Si diseñamos las tareas contextualizadas o específicas a nuestro modelo de juego y teniendo encuenta esos 5 factores y su combinación, el desarrollo condicional se producirá por arrastre de la ejecución de nuestro modelo de juego y los jugadores, por lo tanto, adaptaran sus demandas energéticas a lo que el juego requiera.

En la figura siguiente, podemos ver un resumen práctico aplicado al rugby de todo lo anterior:

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Ya solo faltaría introducir que partes del modelo de juego queremos trabajar y establecer que demanda condicional queremos darle prioridad para diseñar nuestras tareas de entrenamiento. Y aunque parezca una tarea difícil, no es imposible, solo hace falta tener muy claro estas consignas, tener clarísimo el modelo de juego y mucha imaginación. Y grandes dosis de paciencia para acertar con las tareas a base de prueba y error.

Os dejo un ejemplo de una tarea de preparación física cualitativa realizada por los S18 de C.R. Liceo Francés, cuyo objetivo era trabajar la fuerza y la velocidad y enfocado a los principios de juego relacionados con la defensa.

Por último, me gustaría volver a recomendaros el libro “Construcción metodológica del modelo de juego» de Daniel Guindos, para mi, verdadero punto de refenrencia de como entender y aplicar la Periodización Táctica a mis equipos.

Principios metodológicos de la PT

Una vez que tenemos establecido nuestro Modelo de juego, llega la hora de plasmarlo y desarrollarlo en los entrenamientos, para que los jugadores lo asimilen y lo ejecuten en las competiciones.

Antes de describir como deberían ser los ciclos de entrenamiento, sesiones de entrenamientos o tareas / ejercicios que nos van a ayudar en esta misión, es importante conocer los principios metodológicos que ordenan la manera de aplicar la periodización táctica al entrenamiento de nuestro equipo.

Principio de Especifidad

Todo el trabajo (o por lo menos su inmensa mayoría) debe ser contextualizado según el modelo de juego deseado. Por supuesto, todo el trabajo debe tener una orientación específica a la competición (es decir, a los partidos, no a la necesidad de ganar) y a las situaciones que en ella se producen.

Las tareas diseñadas y desarrolladas debenad solicitar esa especifidad en cuanto a nuestra forma de jugar y a las situaciones que se van a encontrar los jugadores en la competición.

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Principio de la Alternancia

Hay que regular la relación entre carga y descanso, alternándola a lo largo de la semana. la carga está definida según el nivel de concentración y cognitivo y el tipo de esfuerzo requerido en cada tarea propuesta.

Aunque es más misión de los preparadores físicos tener en cuenta estos elementos, es importante saber que el tipo de esfuerzo se expresa atendiendo a como se produce la contracción muscular:

  • Duración: grado de tiempo que requiere la ejecución.
  • Tensión: grado de fuerza que requiere la ejecución (contacto)
  • Velocidad: grado de velocidad que requiere la ejecución.

Los días de más carga (desgaste emocional -concentración y demanda cognitiva-, duración, tensión y velocidad) estarán más alejado del día de competición. Como estos son conceptos que necesitan una pequeña ampliación, lo explicaremos más adelante en una entrada referida a la preparación física en la PT.

Principio de la Progresión

Este principio consiste en fragmentar el modelo de juego en los ya conocidos principios, sub principios, conceptos y destrezas para desarrollarlos progresivamente en los entrenamientos y que se produzca una correcta asimilación.

En función de los objetivos del equipo, dificultad, necesidades del equipo, etc. estos fragmentos tendrán más o menos prioridad, pero sin obviar el resto de componentes que interactúan en el modelo de juego.

Se intentará priorizar hacia los principios más importantes, los más usados en el próximo partido y de los más simples a los más complejos.

Principio de la Propensión (Repetición)

Es necesario repetir y/o generar las suficientes experiencias sobre un principio en cuestión en las tareas propuestas para que se de el número de veces óptimo para su asimilación.

La idea es generar una tendencia hacia el objetivo planteado y resolver contínuamente problemas relacionados con el mismo. Esto es priorizar para que se produzcan más acciones sobre ese principio o sub principio, pero sin perder la libertad de ejecución y decisión (reducir sin empobrecer).

La aplicación de estos cuatro principios es fundamental para el desarrollo de la Periodización Táctica. Son principios que se escapan de los tradicionales, ya que éstos están muy dirigidos a los deportes individuales. La gran diferencia, en mi opinión, es el hecho de que la dimensión táctica tenga una preponderancia especial y hacía allí se dirigen. Como comentaba antes, en próximas entradas haré una amplición de alguno de ellos, especialmente el de Alternancia, ya que engancha directamente con la forma que tiene esta metodología para plantear la preparación física.

El Modelo de Juego (La forma)

En la entrada de hoy, os traigo un ejemplo de que significa la «forma» (the shape, por si queréis buscar más ejemplos en internet) dentro del modelo de juego.

Una vez que tenemos definidos nuestros principios específicos de juego y que tenemos claro como usarlos en las diferentes fases o mementos del juego, podemos organizar nuestro equipo y darles referencias sobre los contextos defensivos para estructurarse y dividirse en el campo.

Estas referencias de circulación van a determinar estructuras ofensivas que se van a replicar por el campo y que van a facilitar organizar el ataque y hacerlo más eficaz en función de nuestros objetivos y principios de juego. Hay que tener en cuenta que dentro de esas estructuras ofensivas (también conocidas como microsistemas o «armas») los jugadores van a tener diferentes roles (recordemos que en el movimiento general de juego, se acaban los «puestos» y entran en juego los roles de juego). Estos roles se basan en la asociación entre jugadores (¿qué soy? ¿qué hago? ¿cómo lo hago?) y sus funciones se «activan o desactivan» en función del contexto que nos planteé la defensa y nuestras propias reglas de acción. Esas asociaciones, además, van a multiplicar la capacidad de nuestros jugadores, creando sinergias entre ellos.

El ejemplo que os traigo es la forma de juego que usan los Crusaders. Ellos se organizan en lo que se conoce como 2 – 4 – 2, definido así por la distribución de sus delanteros en el campo (2 delanteros «rápidos» entre cada línea de 15m y touch, 4 delanteros fuertes entre líneas de 15m). Dentro de esas microestructuras, los delanteros se asocian con los 3/4 abriendo multitud de opciones que según las referencias de sus principios de juego y las fases del mismo y del contexto defensivo, provocan diferentes relaciones y comportamientos.

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Forma 2 – 4 – 2 usada por los Crusaders

El Modelo de Juego (Principios de ataque)

La semana pasada hicimos un repaso de las bases teóricas sobre las que descansa el diseño del modelo de juego.

En la entrada de hoy, la idea es ver un ejemplo práctico de cómo sobre los principios generales del juego, las fases y momentos y los factores de los jugadores, se articulan los principios específicos y las formas que definen como y por qué juega como juega nuestro equipo.

Para ello, os dejo un video de Stuart Lierich (@stuartlierich) donde analiza los principios específicos de juego (o pilares como los llama él) de los Waikato Chiefs. Además, el vídeo termina dando unos consejos muy útiles sobre como volcar estos principios específicos del modelo de juego en los jugadores.

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Este vídeo puede servir como «primeros pasos» a la hora de diseñar un modelo de juego completo. Y tu, ¿que principios específicos de juego utilizas en el modelo de juego de tu equipo?

En busca de una nueva metodología de trabajo

Una vez acabado mi periplo por Argentina, se impone el día a día de una nueva temporada. Y aunque este año mantengo todas mis ocupaciones de la temporada pasada (dirección deportiva, entrenador y preparación física), una de mis mayores inquietudes es dar algunos pasos adelante como entrenador, mejorando sobre todo en aspectos como el trabajo de habilidades mentales y sobre todo, la metodología de entrenamiento.

De todas las metodologías o periodizaciones que he ido conciendo en el deporte, ya sea de forma académica en la Facultad de INEF, por experiencia ajena observando a otros entrenadores o deportes o por experimentación propia, sin duda, la que más me atrae es la conocida como PERIODIZACIÓN TÁCTICA.

La aplicación de esta metodología está relativamente de moda en deportes como baloncesto y sobre todo en fútbol, usada actualmente por los entrenadores del más alto nivel y que ya está filtrándose a las categorías base de estos deportes. Sin embargo, tiene más de 30 años, propuesta por el profesor Victor Frade, de la Universidad de Oporto. Aún no he encontrado nada que relacione esta metodología con el rugby, por lo que todos los pasos que estoy dando son de «ciego», guiado solo por lo que hacen en otros deportes.

La periodización táctica (PT) busca desarrollar el proceso de entrenamiento desde un punto de vista complejo del deporte. Se entiende como complejo la interacción de todas las dimensiones (técnica, táctica, física y psicológica) que componen el juego y el jugador y las relaciones y comportamientos que emergen de esta interacción. La influencia del entorno también modifica estás relaciones, creando diferentes contextos de actuación. Estas relaciones, comportamientos y contextos no podrían inferirse de sus componentes de forma aislada.

Toda la planificación o periodización y ejecución de esta metodología gira entorno a la dimensión táctica (que dirige el proceso) y al modelo de juego que se establezca para el equipo en cuestión. Debido a ello, tiene sus propios principios del entrenamiento, que difieren a los tradicionales para los deportes individuales y colectivos.

A partir de estas premisas, intenta establecer una estructura de entrenamiento semanal, bastante fija en cuanto a su forma externa, pero muy variada en cuanto a contenidos y conceptos tácticos a desarrollar, siempre teniendo en cuenta las metas de rendimiento del equipo (que no el resultado) esperadas y producidas durante las competiciones.

Por último, una premisa importante de esta metodología es la preparación física cualitativa, que busca la calidad competitiva (otra vez no nos estamos refiriendo solo al resultado) y la eficiencia del rendimiento para aplicarlo a la dinámica del juego. Básicamente, se trata de reproducir situaciones contextualizadas de juego donde por arrastre aparezcan las demandas condicionales.

En los siguientes post, y a medida que yo mismo vaya desarrollando estos conceptos en la práctica con los equipos a los que entreno, iré profundizando más sobre los diferentes aspectos que componen la PT. De momento, a modo de anticipo, os dejo una imagen que resume como voy a intentar desarrollar la aplicación de esta metodología en el rugby.

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Mapa de desarrollo de la PT

Por último, para todo aquel interesado en ir profundizando sobre estos conceptos, recomiendo encarecidamente el libro «Construcción metodológica del modelo de juego» de Daniel Guindos, libro buenísimo que me ha servido de base para descubrir y empezar a plicar la PT.

 

 

 

Tala Rugby Club: Pasión por encima de todo

Tras la semana pasada en Buenos Aires visitando el Lomas Athletic, Córdoba me esperaba como parada final de mi viaje por Argentina. Concretamente, mi destino era el Tala Rugby Club y aunque el listón de rugby estaba alto por las experiencias anteriores (La Plata, URBA, Tucumán Lawn Tennis y el propio Lomas), todo el mundo me había avisado que el panorama que me iba a encontrar no iba a estar, ni mucho menos, por debajo de ese nivel.

Gracias a Gonzalo Bravo (coordinador de la Escuela del Alcobendas), pude ponerme en contacto con Juan Durante, antiguo jugador, entrenador y directivo del Tala, que iba a guiarme durante toda la semana, dándome a conocer el club y buena parte del rugby que se práctica en Córdoba (con tour por los campos y visita al Centro de Rugby incluida). Aprovecho para dar las gracias a Juan y a toda su familia, por «adoptarme» a lo largo de mi estancia en Córdoba y por su inmensa generosidad de estos días.

El TRC tiene una estructura deportiva similar a la que me encontré en Tucumán, pero con algunos matices. Esta estructura está coordinada por dos figuras bien diferentes que se complementan, el director deportivo (Diego Giannantonio) y la «Mesa de juego». Mientras que la figura del director deportivo es bien conocida en casi todos los clubes deportivos, merece la pena explicar la composición y funcionamiento de la Mesa de Juego. Este organismo está compuesto por un directivo del club, el propio director deportivo, el coordinador de cada división juvenil (de M15 a M19) y los dos coordinadores generales del rugby infantil (figura más administrativa que deportiva). Su función es la de diseñar, implementar y ejecutar las líneas deportivas que estimen oportuno con respecto a la formación del jugador en todo el club. Estás líneas deportivas se deben ejecutar en cada divisón juvenil y los coordinadores del rugby infantil son los encargados de bajarlas a la sección de rugby infantil (como en muchos clubes se dividen en tres áreas, rugby infantil, juvenil y plantel superior).

M19 del Tala disputando un partido en el campo de la Sede del club


Sin embargo, por lo que he podido observar, este funcionamiento teórico tiene difícil implantación práctica, pues una vez que se bajan las líneas deportivas a las diferentes divisiones, no hay una responsabilidad bien definida sobre el control de las mismas y su correcta ejecución, por lo que queda a la libre interpretación y albedrío de acción de cada divisón. Además, la ausencia de un plan de formación a largo de plazo del jugador o a un proyecto deportivo de club, provoca que finalmente las divisiones sean un conglomerado de «reinos de taifas».

Entonces, ¿cuál es el secreto para que el Tala produzca buenos jugadores y equipos? Sin lugar a dudas, la pasión por el rugby que inunda cada rincón del club y cada uno de sus integrantes. Con unas instalaciones divididas en dos sedes con las que suman en total 6 canchas de juego, el Tala hace una apuesta decidida sobre la preparación física del jugador (tienen un preparador físico «rentado» en cada una de las divisiones, rugby infantil incluido) que junto a entrenadores que lo han sido todo en el rugby cordobés y argentino (siendo algunos antiguos Pumas, como Alejandro Jijena o acumulando más de 35 años de experiencia como Arturo) forman una combinación de recursos humanos difícil de superar. Entorno a ellos, algunos programas como la Academia de Destrezas, vienen a completar una formación del jugador más intuitiva que orientada, pero que en cualquier caso, es espectacular.

Y éste quizás sea el secreto del Tala y el aprendizaje que me traigo de vuelta a España. La pasión por el club y por el rugby, que acaba convirtiéndose en un fuerte sentido de pertenencia y que permite que la rueda que se puso en marcha hace años se mantenga en movimiento. Que jugadores que lo fueron todo en muchos niveles, se conviertan en entrenadores de muchas generaciones más, complementando su experiencia de rugby con nociones pedagógicas de graduados en Educación Físca. Y que a su vez, estos nuevos jugadores se contagien de ese espíritu y aspiren a perpetuar el ciclo. 

Y si además, desde la Mesa de juego y la dirección deportiva se consigue dirigir y orientar ese caudal de rugby y pasión que hay latente en el club, el Tala Rugby Club debe convertirse por derecho en un club de referencia en todo el país.

Lomas Athletic Club: Increíble profesionalismo amateur

La tercera semana de mi viaje me ha traído de vuelta a la ciudad de Buenos Aires, pero sólo como «base de operaciones», ya que mi destino de rugby en esta ocasión ha sido el histórico, tradicional y prestigioso Club Atlético Lomas, fundado en 1891 y considerado como «fundador de fundadores» ya que ha intervenido en la fundación de muchas federaciones nacionales en diferentes deportes, entre ellas, la de la propia UAR (Unión Argentina de Rugby).

La historia del club es larga y tienen el honor de haber sido los primeros campeones de la URBA. Sin embargo, ahora se encuentran en un punto de inflexión deportivo, dónde su primer equipo se encuentra transitando por la segunda categoría de la URBA, pero con el objetivo claro de volver al Top 14 y, por qué no, volver a traer la copa de la que fueron campeones por primera vez en su historia.

Entrada a la cancha de Arenales, una de las sedes del LAC

Y como no podía ser menos, esa aspiración está fundamentadas en dos fuertes pilares que suponen un cambio de filosofía en el club, con todos los pros y contras que eso conlleva. Por un lado, el club dispone de dos sedes fijas para jugar y entrenar, pero están planteando la mudanza a una tercera instalación nueva, más funcional y práctica para todos e indidudablemente de mejor calidad, ya que las dos anteriores no responden del todo a lo que un gran club precisa.

Pero sin lugar a dudas, el pilar más fuerte sobre el que se asienta el club ha sido el cambio de filosofía en todo el área deportiva. Para materializar este giro, se han hecho con los servicios de Bernardo Urdaneta (ex entrenador de Jaguares y Pampas XV, oriundo del Tucumán Lawn Tennis Club), posiblemente el mejor entrenador deportivo con el que he podido coincidir. Un verdadero animal del rugby, por conocimientos, metodología y sobre todo, por ética de trabajo. Sobre su figura gravita toda la estructura deportiva del Lomas, siendo el entrenador principal del plantel superior y el encargado de supervisar la estructura deportiva del resto del club.

Esta estructura se divide en tres áreas básicamente, al estilo del resto de clubes que he podido conocer. Estás áreas son la sección de rugby infantil (M6 – M14), rugby juvenil (M15 – M19) y plantel superior (grupo senior). Cada área tiene un coordinador o responsable deportivo, un gerente o manager y los diferentes cabezas de divsión con sus entrenadores y delegados que lo asisten. Dirigiendo toda la estructura deportiva, se encuentra Bernardo Urdaneta, que compagina su función de entrenador principal del plantel superior con la dirección deportiva del resto del club (formación de entrenadores y jugadores, planes de tecnificación, supervisión de las diferentes secciones, etc.).

Es un trabajo muy amplio e importante, que requiere altas dosis de capacitación, tiempo dedicado y sobre todo, pasión y entusiasmo. De todos esos factores, Bernardo anda sobrado, especialmente de pasión y entusiasmo. Pero tener a un profesional (de la tarea) disponible para esta dedicación, implica un cambio de paradigma en el club y un esfuerzo económico. Es una apuesta decidida que está dando frutos a medio plazo, pero sobre todo, que los va a dar a largo plazo, pues Bernardo está creando escuela y dejando un legado que si se sabe cuidar, puede ser muy duradero.

Esta es la reflexión más importante que me llevo de Lomas. El profesionalismo en el rugby es necesario. Pero con cabeza. Es más importante profesionalizar primero las estructuras (dirección deportiva, entrenadores y gerencia) y desde ahí, ir profesionalizando paulatinamente a los jugadores. Sin embargo, no hay que dejar de lado nunca el espíritu amateur, pues como la propia palabra indica, el amor por la tarea debe ser el principal motor que mueva las acciones de cualquier integrante del club.

Y por último, el mayor aprendizaje que me llevo es la experiencia de haber podido ver trabajar a un auténtico profesional de la tarea, con un nivel de organización y estructuración digna de los grandes entrenadores deportivos actuales (y estoy pensando en los más importantes). Metas claras, dirección firme, metodología de entrenamiento y trabajo actualizada (no hacer siempre lo mismo y estar en continua evolución), grandes dosis de liderazgo e inspiración (trabajando mucho con los jugadores para que se materialice) y trabajo en equipo (en toda su extensión, dejando hacer pero en permanente comunicación para optimizar recursos y crear sinergías). Y cuando alguien trabaja así, es imposible que los resultados no lleguen.

Tucumán Lawn Tennis Club: donde vive el rugby

La segunda etapa de mi viaje a Argentina me ha llevado hasta San Miguel de Tucumán, a 1.500 km al norte de Buenos Aires. Y el club que me iba a acoger, el Tucumán Lawn Tennis Club (TLTC), club donde mi amigo Juan Pablo Tomás jugó y el cuál me ha facilitado acercarme a la realidad del rugby tucumano.

Como club, el TLTC tiene un número más bajo de jugadores que los grandes clubes de Buenos Aires (La Plata o CUBA tienen más de mil jugadores), que seguramente sea debido a que su índice de población es considerablemente menor. Cuenta con dos instalaciones, la sede central, con un par de campos de rugby entre ellos, el campo principal donde juega su plantel superior y en los que ocasiones juega la Selección Tucumana y donde se encuentra la sede social del club y por otro lado, El Anexo de El Salvador, donde se entrenan las categorías infantiles y juveniles. Cuenta con 5 campos más de juego y tienen alguno más en proyecto.


A nivel estructural, he podido conocer principalmente el funcionamiento del rugby infantil (equivalente a nuestra Escuela). Como en la mayoría de clubes, sus categorías van por años, desde M6 a M14. Lo que sí es ligeramente diferente es su organización. El Rugby Infantil es un estamento más o menos independiente, con su propio órgano ejecutivo, que se integra a su vez en la subcomisión de rugby del TCLT (cabe indicar que este club es múltiple pórtico). El órgano que dirige el rugby infantil se denomina «Mesa Coordinadora» y está formado por un coordinador general, los 9 cabezas de división (entrenador principal -como nuestro coordinador- de la categoría), un tesorero y dos delegados que sirven de enlace con la Unión Tucumana. Cada división está compuesta por su cabeza de división, los entrenadores que le ayudan y los delegados.

A nivel deportivo,  realmente no estamos tan alejados, ni mucho menos. Hay diferencias con respecto a cómo se aproximan ellos al juego (se basan más en la adquisición de destrezas, que en los principios de juego), pero el resultado final, como pude comprobar en el Torneo Tito Cenice (que reunió a casi 2000 jugadores de varias partes del país) es similar. En este sentido, tuve la oportunidad de entrenar a la M14 y tanto jugadores como entrenadores acabaron muy contentos tanto con nuestra filosofía de entrenamiento como con la metodología usada.

Sin embargo, donde si existe un abismo de nivel entre el TLTC y el CRLF es en la dimensión social. Y no social entendido como «no competición», como pasa en algunos clubes de España, si no referido a la implicación de toda la comunidad que rodea a los jugadores. En el TLTC se vive en el club, pero lo más importante, SE VIVE EL CLUB, con todo lo que ello conlleva.

Esa vida de club ayuda, sobre todo, a inculcar y desarrollar los valores humanos que el club quiere transmitir, no sólo a sus jugadores, si no a toda la comunidad que les rodea (delegados, dirigentes, entrenadores y PADRES). Valores como compañerismo, humildad, generosidad, solidaridad,  empatía, etc., hacen fuerte a toda esta comunidad, la cohesiona y genera una cultura de club, que se acaba expresando en un sentido de pertenencia de todo el mundo, que les anima a ser partícipes de la vida del club y a ayudar a que se mantenga.

Creo que es un ámbito de mejora al que debemos dirigir nuestros esfuerzos, siempre en la medida en que podamos, pero sin refugiarnos en excusas y por supuesto, manteniendo y desarrollando nuestra estructura deportiva. Hay que ser. Consciente de que para que esta mejora se consiga, hay que hacer partícipes e involucrar a todos los estamentos del club, articulando las figuras y los canales de comunicación necesarios para que todo el mundo se sienta integrado.

Este es el mejor aprendizaje que me llevo del TLTC. De cómo es posible y necesario organizar un club tanto en su dimensión deportiva y en su dimensión social, con la ayuda de todos y como ambas dimensión se retroalimentan y hacen crecer a los jugadores como personas y como deportistas.

Dejo mucho amigos en Tucumán. Morris, Fernando, Gato, Alejandro, José… Espero volver a verlos pronto y compartir más ratos de rugby.

La Plata Rugby Club

Otro de los sitios que he podido visitar durante mi primera semana en Argentina ha sido el club de rugby de La Plata. 

Para ha ese una idea de las detienes iones del rugby de por aquí, os diré que este club tiene un 1200 jugadores (más o menos 1000 jugadores M23 y 200 jugadores senior) y 7 (si, si) campos de rugby. Cuenta también con un gimnasio construido en unas pistas de padel que ya ni se usaban, cafetería con comedor y un pequeño albergue para alojar unas 24 personas.

En cuanto a su estructura deportiva, el club está dirigido a este nivel por lo que ellos llaman el «capitán de rugby» del club, que en este caso es el gran Mario Barandiaran, que forma parte de la junta directiva y es el encargado de establecer toda la política deportiva del mismo. La ejecución de estás directrices corre a cargo del área de Coaching, integrada por dos coordinadores técnicos y un ayudante, que se encargan de las categorías «infantiles» (M6 – M14) y «juveniles» (M15 – M19). Cabe decir que aquí las categorías van por años (M6, M8, M9, etc), menos en M19, que son M18 y M19.

M9 del LPRC entrenando

A diferencia de nuestro club, su plan de formación del jugador no está basado en la adquisición progresiva de los principios de juego y los conceptos básicos y destrezas que de ellos se generan, si no al revés. Ellos parten de la adquisición de 4 destrezas básicas (duelo, placaje, pase y recepción y punto de encuentro) y a partir de ahí arman todos los contenidos a trabajar. Es una aproximación al juego más anglosajona, pero realmente válida y efectiva.

El mejor ejemplo de ello fueron los partidos de M17 y M19 que puede ver. Un gran nivel de destrezas individuales, destacando todas las habilidades referidas a lo que pasa cerca del balón (evasión y placaje increíble) y sobre todo un nivel de intensidad y de lucha increíble.

Muy buenas sensaciones y muy buen funcionamiento de este club, que también realiza un fuerte trabajo de formación con sus entrenadores y con sus jugadores, en conjunto con los programas de desarrollo de la URBA.

Conociendo la URBA

La primera parte del viaje me ha llevado a La Plata, donde he tenido el inmenso honor y placer de conocer a Mario Barandiaran. A parte de ser el «Capitán de Rugby» del Club de La Plata, Mario es el director deportivo de la URBA (Unión de Rugby de Buenos Aires, equivalente a la Federación de Rugby de Madrid) desde hace casi 20 años. Y por si fuera poco, además, es una de las personas más buenas (en el sentido amplio de la palabra) y más generosas que he tenido la oportunidad conocer.

Mario, a parte de mostrarme el Club de La Plata (del que hablaré otro día), me ha dado la oportunidad de conocer el funcionamiento de la URBA.

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Entrada a la URBA (Unión de Rugby de Buenos Aires)

Lo primero que llama la atención cuantos entras es que estás en una sitio donde se trabaja. Todo está perfectamente organizado, cada cuál está en el lugar que le corresponde y todo está perfectamente definido. Hay que tener en cuenta que la URBA está integrada por 90 clubes, por lo que este nivel deorganización es imprescindible.

En cuanto al ámbito deportivo, existen dos figuras importantes, Marcelo Loffreda (ex seleccionador de Los Pumas hasta 2007) y el propio Mario. Junto a ellos, un grupo de trabajo de otras 4 personas, que se dedican a mejorar el rugby de la URBA, en las áreas de capacitación de entrenadores, tecnificación de jugadores, selecciones, competición y difusión y evolución del juego. Entre ellos la coordinación y asignación de funciones es total. Cada uno tiene una serie de parcelas de responsabilidad y trabajan en torno a ella.

Allí, me describieron dos de los proyectos o programas más importantes que llevan a cabo. Por un lado el programa de capacitación de entrenadores (dividido en 4 niveles, del 0 al 3) y sobre todo, el programa de selección y tecnificación de jugadores para las selecciones de la URBA, conocido como los Centros de Rugby. Este programa me pareció de lo más interesante, por su sencillez y eficacia y adaptándolo, bastante bueno para aplicar en España.

Resumiendo, un ejemplo de cómo debería funcionar una organización deportiva, concretamente una federación. En España, pocos ejemplos se le pueden igualar, sinceramente. Y no porque dispongan de grandes recursos o facilidades, si no, porque tiene a las personas adecuadas en los puestos adecuados, perfectamente organizados y coordinados para trabajar. Algo que la verdad, no parece muy complicado.